viernes, 30 de abril de 2010
André Ricard: Medio Siglo de Diseño
André Ricard: Medio siglo de diseño
LA VANGUARDIA, martes 27 de abril de 2010
Hace cincuenta años nacía el Adifad: la Agrupación de Diseño del FAD. Una institución que ha sido decisiva en la historia del diseño de este país. Gracias al Adifad nuestro diseño pudo arrancar y arraigar a tiempo para no perder el tren de la creatividad contemporánea. Su nacimiento en aquellos años no resultó un parto fácil. Tuvieron que sortearse muchos escollos para que se abriera camino. Fue sin duda una prodigiosa aventura en la que tuve la suerte de participar.
En 1959,ami regreso del congreso fundacional del consejo mundial del diseño Icsid, leí en la prensa que un grupo de arquitectos se proponía crear el Instituto de Diseño de Barcelona. De pronto descubría que no estaba solo, que mi afición por el diseño la compartía aquí más gente. Tenía que contactar con ellos. En el artículo se citaba a Antoni de Moragas como uno de los promotores.
Le llamé. Vinieron a verme. Contrariamente a lo que creía, no traían buenas noticias. El Gobierno Civil les había denegado el permiso para crear esa institución. En esos tiempos el régimen veía sospechoso cualquier intento asociativo. Les hablé de mis contactos con el Icsid. De cómo el diseño ya no era un hobby para diletantes, sino una auténtica profesión en la sociedad industrial.
El Icsid estaba regulando las pautas para su completa normalización. Al diseño le había llegado su hora en el panorama internacional. No podíamos mantenernos al margen. La idea de crear la entidad que uniera a todos los que creíamos en el diseño no podía abandonarse.
Esos primeros encuentros fueron decisivos. En ellos se definió el rumbo que seguir. Lo importante era encontrar un modo de asociarnos sin precisar permiso oficial. La idea más factible resultó ser la de integrarnos en el FAD, una veterana institución que por aquel entonces vegetaba.
Con este ardid no se precisaba de permiso alguno. La idea cuajó y, el 16 de marzo de 1960, nacía la Agrupación de Diseño Industrial del FAD: Adifad. En la junta directiva presidida por Moragas estábamos Alexandre Cirici-Pellicer, Oriol Bohigas, Pau Agulló, el arrojo que esa nueva agrupación aportaba que, unos años más tarde, en 1967, sería el propio Adifad el que tomaría las riendas del FAD haciendo el aggiornamento que esa veterana entidad precisaba.
Al año de su constitución, el Adifad fue admitido en el Icsid. Pertenecer a esa ONU del diseño nos dio el respaldo moral y la legitimidad que necesitábamos. Fue un aval importante. Nos sentíamos protegidos. Teníamos una suerte de padrino internacional en caso de conflicto con la autoridad local. Desde ese momento nuestro diseño estuvo presente en todos los foros internacionales del diseño. De hecho, nuestras obras eran más conocidas fuera de España que en ella. Para que sehablara de diseño en nuestro país decidimos crear unos premios anuales: los premios Delta.Funcionó. Logramos que los medios, prensa y radio, hablaran del diseño: por fin existíamos también aquí.
Aun cuando los que nos unimos veníamos de horizontes diferentes, todos compartíamos un mismo modo de entender esa disciplina creativa. Existía un espíritu de grupo, había coherencia.
Entendíamos que el objetivo del diseño era perfeccionar las cosas útiles para que prestaran un mejor servicio. Los éxitos de nuestros diseños se entendían como el de nuestra causa común. El diseño era algo más que un medio; también era un fin.
Entre las muchas tareas que el Adifad realizó para estimular y dar a conocer nuestro diseño, está la creación del propio BCD, el Barcelona Centre de Disseny, y en 1971, el Congreso Internacional de Diseño en Eivissa, el más multitudinario congreso habido hasta entonces.
Han pasado los años. El diseño es hoy en España una disciplina creativa reconocida, con escuelas e instituciones incluso oficiales que lo enseñan y lo apoyan.
La profesión se ha afianzado, tenemos reconocidos diseñadores, muchas de sus obras forman parte de la cultura objetual de nuestra época. Cuando se cumplen cincuenta años de su fundación, cabe preguntarse qué hubiera ocurrido de no haber existido durante estos cincuenta años el Adifad. ¿Estaría nuestro diseño al nivel actual? No es exagerado creer que el Adifad ha significado para nuestro país algo tan decisivo como lo fueron en su día el Deutsche Werkbund en Alemania, el De Stijl en Holanda o la Secession en Viena. Como ellos, el Adifaddespertó a unpaís de su letargo creativo. Le abrió las puertas a una nueva disciplina creativa que ha hecho época.
Se ha culminado una etapa importante pero, en cierto modo, inacabada. Queda aún mucho por lograr. Hemos pasado de la austera época heroica a los excesos de un boom diseñístico con la imagen entre frívola y elitista que tiene para muchos. Ahora hay que marcar distancias con esa imagen y mostrar el potencial creativo que el diseño posee en temas de más trascendencia ambiental-social. Esta modalidad creativa ha de estar presente en todos los sectores industriales y sociales. Sus obras han de verse no sólo en boutiques, sino también en las grandes cadenas de distribución.
Este es ahora el reto que queda pendiente: el de su normalización. Sólo de este modo habrá alcanzado plenamente el papel que de él cabe esperar.
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