martes, 17 de junio de 2008

LA DIFERENCIA ENTRE UNA VIVIENDA Y UN NICHO SON LOS METROS CUADRADOS...

Si a un nicho le cambiamos las flores por geranios, le añadimos ropa tendida y una botella de butano, ¿cuál sería la diferencia?
Existen, primeras residencias, segundas residencias, terceras, y hasta cuartas. Nos encontramos en una cultura con un sentido de la propiedad supra desarrollado. Esto es mío y esto es tuyo. Desde tiempos remotos la propiedad fue uno de los derechos básicos y fundamentales de la civilización humana. Sinónimo de poder, poder moral, social, exclusivo e individual. Nos encontramos en 'Era del Individualismo’. Convivir es un desafío en un mundo individualista. Y todo esto porque un buen día, a algún ser humano, se le ocurrió empezar a reparcelar el planeta tierra y poner límites entre lo que alguien decidió que le pertenecía. Y así empezó toda la sociedad feudal tras la caída del Imperio Romano. Toda la estructura de poderes proveniente de la fragmentación del territorio. La diferencia de estatus social, quien más posee mejor considerado está, los señores, y los campesinos que usufructúan de los terrenos del señor, tienen la posesión pero no la propiedad, gozan y disfrutan de algo ajeno. Cuántas veces hemos visto el típico cartel al empiece de un camino: Propiedad Privada! cómo si de una amenaza se tratase, e incluso muchas veces dicho cartel va acompañado de otro advirtiendo: cuidado, perro peligroso!! Es importante defender el castillo!

En otras culturas como en Alemania, Holanda o Dinamarca, la mayoría de gente vive de alquiler. Sin complejos. Usufructúan de algo que no es suyo. Existe la cultura de vivir de toda la vida de alquiler. Comprar no es una buena inversión en Alemania, por ejemplo. Los precios se han mantenido fijos durante los últimos 20 años y lo normal es vivir de alquiler toda tu vida.

Aquí vivir siempre de alquiler no es algo normal. Nos encontramos en una sociedad donde nos gustaría poseerlo todo, cuanto más tengas más poderoso eres, 'tanto tienes tanto vales', es una trampa. Estamos obligados a hipotecarnos al menos una vez en la vida. 'Hipotecado', sinónimo de pérdida de libertad! El fenómeno de la construcción está llegando a límites desorbitados, construir para ganar no para vivir. La construcción suplanta los campos, los huertos, las construcciones antiguas, la historia y la memoria. Todo queda sustituido por edificaciones de hormigón, cristal y lamas de madera. Arquitectura de moda, impersonal y repetitiva. Viviendas de 40m2, incluso de 30m2, nichos con cocina y baño, viviendas llamadas protegidas. Cuantas más pequeñas sean, más caben y más dinero producen.

Por todo esto, los arquitectos jóvenes, tenemos una oportunidad de oro para darle la vuelta a esta situación. Proyectar desde el precedente. Tomar conciencia y respetar el planeta. Entrar en armonía con la naturaleza. Aprovechar su energía e investigar en otros campos. Nos encontramos en un país con muchísimo sol y con muy pocas placas solares. Modificar y alterar la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, y ser consciente de cuáles son estas necesidades, no teniendo como prioridad siempre el bolsillo. Cuidar la Tierra y practicar la sostenibilidad, diseñar aprovechando los recursos disponibles en cada situación intentando disminuir los consumos de energía y conseguir que esto acabe siendo del todo rentable. Y si no sabemos cómo hacerlo, investigar.

La última residencia sin opción, siempre acaba siendo un nicho, un panteón o si dejas de pagar el alquiler, una fosa común. Eso dependerá de todo lo que hayas poseído en vida, que absurdidad.


MARTA TEIXIDÓ
Arquitecta